Hoy compartimos algunas recomendaciones prácticas para ahorrar agua y energía en jardines, manteniendo un entorno verde y saludable, en un tiempo de crisis de generación energética y afectaciones por fenómenos naturales.
1. Riego Eficiente
- Usa sistemas de riego por goteo: El riego por goteo lleva el agua directamente a las raíces de las plantas, evitando pérdidas por evaporación.
- Riega temprano o tarde: Regar en las primeras horas de la mañana o al anochecer reduce la evaporación, aprovechando mejor el agua.
- Agrupa plantas según sus necesidades de agua: Esto permite un riego más eficiente, evitando desperdicio al usar la misma cantidad de agua en zonas con diferentes requerimientos.
2. Opta por Plantas Nativas y de Bajo Consumo de Agua
- Las plantas autóctonas están adaptadas al clima local y necesitan menos agua. También puedes optar por especies xerófitas (como cactus o suculentas) que almacenan agua y soportan mejor las sequías.
3. Usa Mulch o Acolchado
- Colocar una capa de mulch (como corteza de árbol o piedras) sobre el suelo ayuda a mantener la humedad y reduce la evaporación, además de evitar el crecimiento de malas hierbas que compiten por el agua.
4. Recolección de Agua de Lluvia
- Instala barriles o recipientes para recolectar agua de lluvia, que puedes usar posteriormente para el riego. Es una forma natural de conservar agua sin depender del suministro doméstico.
5. Iluminación Eficiente
- Usa luces solares: Las luces solares se cargan durante el día y funcionan de noche, sin necesidad de energía eléctrica.
- Instala temporizadores o sensores: Estos dispositivos permiten que las luces se enciendan solo cuando es necesario, evitando el uso excesivo de energía.
6. Mantén el Suelo Saludable
- Un suelo sano retiene mejor el agua. Usa compost y abonos naturales para mejorar la retención de agua y promover un crecimiento saludable, reduciendo la necesidad de riego frecuente.
7. Reduce las Áreas de Césped
- El césped requiere mucha agua, especialmente en climas cálidos. Puedes reducirlo incorporando caminos, cubresuelos de bajo mantenimiento o áreas decorativas con grava o piedras.
Con estas prácticas, no solo ahorrarás recursos, sino que también contribuirás a un jardín más sostenible y respetuoso con el medio ambiente.